Sigfrido Gámez Ibarra
Ayer ensoñé tu canto
navegando por el mar.
El mar negro de tu pelo
que tu agitas al andar.
Tú no sabes cuantos versos
me ha arrancado tu mirar.
Ay sirena
Hay quien sueña ser sirena
Ay sirena
y suspira por el mar.
Ay sirena
Y mi sueño es que tu quieras
Ay sirena
mi corazón estrechar.
Ya cansado a la deriva
mi corazón naufragó.
Y tu canto de sirena
de la muerte lo salvó.
Ahora ya no hay quién lo cure
del encanto de tu voz.
Por amar a una sirena
he perdido la razón,
ahora creo que soy el sueño
que una sirena soñó.
La cadencia de tu cuerpo
cuando te miro bailar.
Es sensual como las olas
que se agitan en la mar.
Sirena la noche empieza
cuando te empiezo a besar.
Yo no se que es lo que pasa
pero desde que te vi,
el tiempo se me hace largo
cuando me encuentro sin ti.
Ayer miré a una sirena
andando fuera del mar.
Había valer en su nombre
y ternura en su mirar.
Y la arena iba besando
sus huellas al caminar.
Yo no se porque mis ojos
se pierden en tu mirar,
Al igual que una sirena
que es amor de tierra y mar.
Sirena ya te he cantado
la causa de mi dolor.
Solo esta flor de mi agua
pude regalarte yo.
Estos versos ya se acaban
pero mis suspiros no.
Te amé encanto de sirena
tu beso sabe hechizar.
Este abrazo no es eterno
se quebranta al despertar.
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